Comprar un portátil nuevo siempre es una mezcla de ilusión y curiosidad. Pero, también implica preparación. Cuando lo sacas de la caja y lo enciendes por primera vez, llega la gran pregunta: ¿Qué hago ahora? No te preocupes, porque dejar tu portátil listo para usar y funcionando al 100% es más sencillo de lo que parece. En esta guía, te vamos a explicar paso a paso cómo configurar un portátil nuevo basándonos en el criterio de los mejores Expertos en tecnología.
Venga con sistema operativo instalado o no, te vamos a dar las pautas para dejar el equipo optimizado y listo para su uso a diario sin problemas. Todos los consejos para que, aunque no tengas ni idea de informática, puedas tener tu nuevo portátil listo y a punto.
Preparando el portátil: con o sin sistema operativo
Lo primero que debes saber es si tu portátil trae un sistema operativo preinstalado o no. Si no lo tiene, el equipo te saldrá más barato, pero tendrás que añadir un paso a la preparación: la instalación del SO.
Para instalar el sistema, necesitarás un USB de instalación. Esto lo preparas desde otro ordenador descargando la versión oficial del sistema operativo que elijas (por ejemplo, Windows 11) y usando las herramientas que facilita el propio sistema u otras alternativas como Rufus. Hecho eso, conecta dicho USB a tu portátil nuevo y arranca el equipo. Para ello, tendrás que acceder a la BIOS, normalmente presionando una tecla como F2, F12, Esc o Supr justo al encender. Allí debes indicar que el equipo debe arrancar desde el USB.
Así dará comienzo la instalación. Esta parte es muy sencilla, porque solo tienes que elegir dónde instalar el sistema, el idioma que quieres y poco más. También puedes hacer particiones del disco duro si quieres separar la información.
En caso de que tu portátil ya tenga un sistema preinstalado, todo es más sencillo. Solo tienes que configurar tu usuario, conectarte a internet y dejar que el sistema se actualice. Pero ojo, que las actualizaciones automáticas no siempre instalan todos los drivers necesarios, así que es muy recomendable visitar la página oficial del fabricante de tu portátil para descargar los más recientes, especialmente los de la tarjeta gráfica, Wi-Fi y chipset. Esto es clave para un buen rendimiento y evitar problemas de compatibilidad.
Primeros pasos en el sistema operativo
Con el sistema instalado y actualizado, llega lo más divertido: dejarlo todo a tu gusto. Lo primero es crear tu cuenta de usuario, bien local o vinculada a servicios como Microsoft o Google, lo que te facilitará sincronizar archivos y configuraciones entre dispositivos.
Después, conecta el portátil a tu red Wi-Fi o mediante cable y ejecuta todas las actualizaciones pendientes. Muchos fabricantes ofrecen aplicaciones propias para optimizar el rendimiento, pero lo ideal es que las evites y lo hagas por tu cuenta si quieres que el equipo vaya mejor y esté más limpio.
Ahora que tu sistema está listo, toca instalar lo básico para el día a día. ¿Qué no puede faltar? Un navegador rápido y seguro, como Chrome o Firefox; una suite ofimática, por ejemplo LibreOffice si buscas algo gratuito o Microsoft Office si prefieres algo más completo; un compresor de archivos como 7-Zip o WinRAR (gratuito, aunque insista); y un antivirus, aunque Windows Defender suele ser suficiente para muchos usuarios.
Pero ten cuidado, porque los portátiles nuevos suelen venir con bloatware, es decir, programas preinstalados que casi nunca usamos y solo ocupan espacio o ralentizan el sistema. Busca todo aquello que viniera instalado y no necesites y desinstálalo. Menos es más.
Seguridad, backups y rendimiento
La seguridad es vital, especialmente si vas a guardar información delicada. Activa el firewall integrado y configura una contraseña segura para tu cuenta de usuario. Si quieres ir un paso más allá, puedes cifrar el disco duro con herramientas como BitLocker, así tus archivos estarán protegidos incluso si pierdes el equipo.
Tampoco sobra configurar copias de seguridad automáticas usando servicios como OneDrive o Google Drive, o incluso con un disco duro externo. Si quieres un truco para evitar problemas en el futuro, crea una imagen del sistema cuando todo esté instalado y configurado. Esto servirá como punto de restauración si surgen problemas graves.
Luego está bien que revises qué programas se inician al arrancar Windows (Ctrl+Alt+Supr y ve a “inicio”). Revisa y desactiva todo aquello que no necesites a través del administrador de tareas. Así, el sistema iniciará mucho más rápido y se ahorrarán recursos.
Por último, repasa el plan de energía del portátil. Valora si buscas más batería o potencia y ajusta las opciones que hay según cada uso. Es algo muy importante, por ejemplo, si vas a jugar a videojuegos. Influye mucho en el rendimiento.
Últimos pasos
Tu portátil nuevo ya está listo para lo que quieras: estudiar, trabajar, jugar o crear contenido. Pero no olvides que hay que darle un buen mantenimiento. Por eso, revisa actualizaciones periódicamente, elimina archivos basura, navega de forma segura y no olvides tener siempre tu antivirus en acción.
Recuerda hacer copias de seguridad cada cierto tiempo y ya está. Con esto, no solo has aprendido no solo cómo configurar un portátil nuevo, sino también a tenerlo siempre en el mejor estado posible.




